Noticias de la Semana Santa de Jerez y Sevilla

miércoles, abril 23, 2008

Jerez. Libro biográfico para don Germán

Con motivo del Día Internacional del Libro la delegación de Cultura del Ayuntamiento de Jerez coloca el gran colofón a la densa y extensa agenda de actividades programadas al efecto. Una oferta inédita hasta la presente y sin referencia comparable a juzgar por nuestra memoria más reciente. A la tradicional lectura de El Quijote se suman otros actos tan referenciales como indispensables para la atinadísima configuración de un planteamiento didáctico que bien han merecido nuestras reseñas periodísticas.
Detengámonos en una convocatoria que se desarrollará a partir de las siete de la tarde en la Sala Compañía. Allí EH Editores presenta el libro Germán Álvarez Beigbeder: un músico jerezano para la historia, de Servando Álvarez-Beigbeder Pérez. Este homenaje contará también -¡como no podía ser de otro modo!- con la actuación de la Joven Orquesta Álvarez Beigbeder cuyos integrantes interpretarán piezas del gran músico jerezano.
El volumen constituye el número 1 de la nueva serie EH Biografías. Germán Álvarez Beigbeder (Jerez de la Frontera, 1882 - 1968) ocupa un lugar destacado en la generación que encabeza Manuel de Falla y Joaquín Turina. Compositor y director, aunque inmerso en el andalucismo musical, bebió de la música francesa, sobre todo de César Franck y Saint-Saens, sin olvidar a los grandes del romanticismo europeo: Schumann o Johannes Brahms.
Caracterizado por su gran facilidad melódica y firmeza en la armonía, entre sus obras figuran sinfonías y numerosas composiciones pianísticas, oratorios, instrumentales para orquesta y banda, etc. Su hijo Servando Álvarez-Beigbeder Pérez ha elaborado, a partir de materiales de primera mano y recuerdos personales, una secuencia de la trayectoria vital y artística de quien fundara la Banda Municipal de Música de Jerez. El volumen se completa con un compendio de partituras de sus principales obras.

donación para andalucía
Rosa Torres ya había presidido en Cádiz meses atrás -hagamos un poco de historia- el acto de donación al Centro de Documentación Musical de Andalucía del legado musical de Germán Álvarez Beigbeder -de don Germán como admirativamente se le recuerda en Jerez- por parte de su familia. Más concretamente de su hijo Servando. Fondo que suma un centenar de marchas procesionales, obras instrumentales, piezas para bandas de música, zarzuela, etcétera.
Servando Álvarez redescubrió a su padre hace cuatro años sobre poco más o menos: el tiempo justo y necesario que le ha supuesto recopilar la casi totalidad de la prolífica obra que dejó escrita el gran compositor jerezano Germán Álvarez Beigbeder (1882-1968). “Vi que en la Sociedad General de Autores (SGAE) sólo había registradas una veintena de partituras y que faltaban muchas de las que yo conocía”.
De este casi anecdótico modo Servando, que contaba entonces con setenta y cuatro años de edad, inició una exhaustiva, una minuciosa búsqueda por distintos archivos de la provincia hasta llegar a reunir un total de noventa y ocho partituras. “Visité los conservatorios y las bandas de la zona y contacté con mis hermanos músicos (José María y Manuel Alejandro) para que me ayudaran. A medida que las fui reuniendo, las fotocopié y las envié a la SGAE”.


una labor casi detectivesta

Una labor casi de orfebre, de tallista de la madera de investigador que todo hombre presenta ante sus orígenes. Un trabajo arduo, paciente, casi detectivesco. Un esfuerzo que le ha resultado “muy duro porque yo no salí músico, sino perito agrícola” en el que se fue “encariñando con las partituras” y que le ha servido para “reencontrarme con mi padre”.
Amigo de Falla, Germán Álvarez Beigbeder se inspiró en las canciones populares de Jerez, Cádiz y Andalucía para crear composiciones de fluidas melodías con un tratamiento orquestal e instrumental de gran calidad. Suyas son obras como Caprichos de España, Jerez (para guitarra y orquesta), la sinfonía para violín y orquesta Campos andaluces, himnos como el dedicado a San José, patrón de San Fernando. “Y he descubierto que escribió también tangos y un total de dieciséis valses”, añade.
Otro dato para melómanos de pro: Servando comenta que “algo que le ha ayudado a identificar las composiciones musicales” de su padre han sido las curiosas anotaciones que dejaba a pie de obra sobre el lugar donde se encontraba y que tienen un valor documental. Especialmente satisfecho se muestra de haber encontrado en el archivo del Conservatorio de Cádiz “una pequeña obra para voz y piano titulada Soleá”, que al igual que la pieza que escribió para su madre Cuéntame un cuento mamá, le han revelado el lado más sensible de su padre, “que era un hombre serio”. Y no duda en enunciar la letra que el propio Álvarez Beigbeder escribió: “El gitano a quien yo adoro está en la cárcel metío/ él es pa mí mi tesoro/ por el pierdo yo el sentío./ Doy mi vida entera por él / por él estoy chalá/ y no hay nadie que le quiera/ igual que su Soleá”.

hijo de su tierra

Germán Álvarez Beigbeder nació en el seno de una familia dedicada al comercio e industria vitivinicola. Los primeros estudios musicales los realiza de manos de Ángel Fernández Pacheco en la única Academia de música existente por aquellos años en Jerez, Filarmónica San Isidoro, más tarde fue Camilo Perez Montllor, Director Músico Mayor de Infantería de Marina en San Fernando (Cádiz) quien le dotó de los primeros conocimientos de armonía y composición.
Sus primeras composiciones están fechadas en 1898 y 1900, correspondiendo la primera a un pasodoble que llama Viva mi jerezana, y la segunda a un género musical muy extendido en esta Andalucía: las denominadas por el maestro Marchas fúnebres. La titula Al pie de la Cruz, cuya melodía es de una madurez anormal para los pocos años que tenía.
Hasta que en 1910 se traslada a la capital para abrazar la música como meta definitiva de su vida, su formación es principalmente autodidacta, colaborando paralelamente en los negocios familiares, que le dio la oportunidad de viajar y con ello asistir a excelentes audiciones, como él dice en unas notas que redacta en un programa donde incluyen una de sus obras: he podido conocer una gran parte de la bellísima Escuela Clásica de los siglos XVII y XVIII y guardo una veneración sagrada por sus maestros.

una plaza por oposición

Durante los años 1910 a 1913 fecha ésta última en la que obtiene una plaza por concurso-oposición como Teniente Músico Mayor de Infantería de Marina, permanece en Madrid ocupando un puesto en los círculos musicales de la capital, completando de manos de Bartolomé Pérez Casas, Catedrático del Real Conservatorio Superior de Madrid y fundador de la Orquesta Sinfónica Nacional, los estudios de armonía, contrapunto, fuga y dirección. En los años 1911 y 1912 dirige la Orquesta del Gran Teatro de Madrid. A partir de entonces su carrera sería ya imparable.
En el año 1948, la Permanente Municipal, con fecha 20 de mayo le honra con hacerle Hijo Predilecto, quedando su nombre incluido en el callejero de la ciudad. El Ministerio de Justicia por Resolución del 29 de septiembre de 1959, le concede a sus hijos y descendientes la unión de apellidos Álvarez-Beigbeder: “Por haber acreditado suficientemente que dichos apellidos han sido prestigiados en sus actividades artísticas, donde alcanzó gran relieve en sus creaciones musicales”. Está en posesión de la Cruz del Mérito Naval, condecoración concedida en reconocimiento a los méritos contraídos con la Marina Española. Es autor, con José María Pemán en la letra, del Himno de la Armada Española. El 11 de octubre de 1968 rodeado de los suyos, entrega su alma a la Santísima Virgen del Carmen.


Informa: Jerez Información