Jerez. Mariano no se ha ido

Nos pasa a todos los que no somos de Almonte, cada siete años pensamos que la Virgen del Rocío se va, pero en realidad la Virgen viene, viene, regresa a su pueblo fiel a la historia y a la tradición.
A pesar de que a los cofrades se nos supone una fe sin fisuras, cuando alguien querido marcha junto al Padre, pensamos que se va para siempre, cuando en realidad lo que ocurre es que viene a la gloria eterna, y hoy Mariano no se ha ido, ha venido a la tierra prometida de los cielos.
La Virgen ha esperado a estar en los cielos en cuerpo y alma tras su festividad para llamarlo, pero no podía ser cualquier día, tenía que ser un día especial, y así lo ha sido.
Hoy faltan cuatro años para que vuelva a venir a Almonte revestida por la belleza de sus galas de Pastora, y Mariano tiene tiempo más que suficiente para tomarles el pulso a las camaristas del cielo, y aprender a vestir con su traje de viaje a la Reina de las Marismas.
Ella vendrá cubierta por un gabán, no la veremos, pero sabremos que está…hay mayor prueba de fe?...creer sin ver?
La fe ahora no nos faltará, y mucho menos a su familia, quedaran para siempre los recuerdos de una persona amable, amigo de sus amigos, tan joven que era uno más de la pandilla.
Como cristiano no se le puede poner un “con que” asumió la cruz de la enfermedad con resignación absoluta, y nunca nunca perdió la sonrisa. Los afortunados que vivimos con él su último camino de vuelta, convertido en Marismilla en improvisado rey mago de las salchichas desde el techo del Land Rover, aprendimos que la adversidad del camino es más llevadera desde la oración y la camaradería.
Hoy los alfileres y las blondas de encaje guardan respetuoso silencio, y los pliegues de los mantos derrochan admiración por un hombre al que, como siempre, no se la ha hecho justicia en las cofradías, ni falta que le hace a él.
La corona del Valle no tiene un crespón negro, tiene un nuevo ángel de marfil, la Soledad no quiere hoy tener entre sus manos un clavo..sino un clavel, Perpetuo Socorro se ha ido a la catedral para que suenen sus campanas a fiesta grande en los cielos…y a la Esperanza de la Yedra, se le ha vuelto a derramar por su mejilla esa lágrima mágica que solo unos pocos han logrado ver…
Mi querido Mariano, simplemente gracias, gracias de todo corazón por todo lo que has hecho por nosotros, por nuestra semana santa y por Jerez. Te prometemos que nunca faltará un peregrino agarrado a la vara de la carreta del Simpecado, te prometemos que aunque tu casa esté mas cerca del Obradoiro que de la Ermita…seguiremos yendo a verte, seguros que tu casa es también la nuestra, deja que te pida un par de cosas. Reza a la Virgen por nosotros…y dile a mi madre que la quiero cada día más.
Mariano no se ha ido, viene, viene para siempre a la casa del Padre. Un beso fuerte…y …viva el Betis manque pierda.

Firmado: Oscar Torres