Noticias de la Semana Santa de Jerez y Sevilla

lunes, marzo 26, 2007

Andrés Cañadas ofreció un Pregón con alma de niño


El celebérrimo periodista sevillano Antonio Burgos no cesa de legarnos por escrito una de sus más esclarecidas certezas en clave cofradiera: no deben los cofrades perder jamás la inocencia del niño que ciertamente llevan dentro. Suponemos que para así estrenar de continuo la bondadosa sensibilidad latente en el poliédrico orbe de la Semana Santa. Pues bien: Andrés Cañadas ofreció ayer el Pregón Oficial de la Semana Mayor Jerezana en el Teatro Villamarta. Y lo hizo preñado de niñez y esperanza. Ahíto de una deshidratación capaz de sudar lágrimas de verdades como puños que agarran las lindes de sus propias vivencias. Fue la suya una disertación en la que cupo un sortilegio verbal desprovisto de la chistera de ninguna impostación. Habló a pulmón lleno y respiró al pie de la letra de su envergadura confidencial. Carne hecha verbo merced a la condición intrínsecamente jerezana, invariablemente periodística, sustancialmente mariana. Como un benjamín que sonríe durante la amanecida de ese planetario de luces convergentes que es el Domingo de Ramos. Como un recién nacido a la esponjosa asimilación del patrimonio inmaterial de las cofradías. Como un fedatario de su mejor experiencia, aquella que recupera nombres propios ya habitantes de celestes estancias: valga el caso de algunas referencias como la de su abuela, los pregoneros idos, Manuel Martínez Arce o la entrañable glosa dedicada al ya entonces sacrosanto saetero José Vargas Vargas. El pregonero plantó su figura junto al atril, como un torero de elegantes ademanes capaz de protagonizar la faena de su testimonio. Ingenuamente travieso de muletillas reivindicativas, simpaticote y declamador, impolutamente metafórico en el uso de la figura literaria como tránsito expositivo para alcanzar otra figura escrita ahora con mayúsculas: la de Cristo. Dos horas de exposición esquematizada según los siete capítulos de su misma divisoria analítica. Y no pocos detalles dignos de reseñas. Verbigracia: la presencia del chaquet tanto en el pregonero, presentador, todos los miembros del Consejo y el teniente alcalde y delegado de Urbanismo Pedro Pacheco (García Bermúdez fue la excepción de la protocolaria uniformidad del cuerpo de autoridades que formaban la presidencia oficial del acto). Encima de las tablas del coliseo, como no podía ser de forma otra, la representación eclesial personificada en el obispo de la ciudad monseñor Juan del Río Martín y el delegado episcopal de las Hermandades y Cofradías Juan Jacinto del Castillo Espinosa. La ubicación de los compañeros de los diferentes medios de comunicación en una de las plateas del coliseo, como gesto de percepción visible solicitada por el propio pregonero de la Semana Santa. Una novedad que posibilitó, entre otros guiños fraternales, el implícito homenaje particular al recordado pregón de Antonio Moure Sánchez o el genérico a los cantores y contadores de la Semana Santa de Jerez a través de las antenas de la radio. Pero hubo más apuntes para el anecdotario, por ejemplo la tardía apertura de las puertas del Teatro Villamarta, retraso que lentificó el acceso del público a las localidades y consiguientemente la interpretación de la primera de las marchas elegidas -Cristo de la Lanzada- cuando ni las luces estaban apagadas ni el interior del recinto aún poblado de concurrencia. O cómo, ya a oscuras y con el telón subido, el compositor y cofrade de la Soledad Jerónimo Sánchez interpretó al piano su bellísima creación musical Soledad de Madre. Otra curiosidad descansa en la disposición escénica: el exquisito montaje estético que asemejaba la trasera del paso de la Virgen de las Angustias sumaba una creativa novedad muy digna de elogios. Y elogios y aplausos recibió el orador durante su exposición. El mayor grado de alabanza -qué duda cabe- el tributado por su padre, el popular periodista Andrés Luis Cañadas Machado, cuando después de participar que “me enfrento al reto de tener que presentar a quien es sangre de mi sangre” recomendó a su hijo una vivificadora misión: “Toma a tu hija Reyes, como yo hice contigo, y asómala a la Semana Santa de Jerez a través de tu palabra preñada de Cristo. Que Dios te bendiga, hijo”. Y el hijo, consecuentemente, evidenció una primera intensísima emoción que auguraba esa desnudez del alma que a continuación sumaría siete capítulos de un Pregón milimétricamente diseñado. Con ese mimetismo emocional que precisan el sentido de la medida y la gracia de la Semana Santa. Porque Andrés Cañadas Salguero, a voz en grito a veces y modulando el donaire de una entonación suave y concercana otras, fue desgranando el rosario de las ramificadas temáticas de un mismo todo: dedicatoria a los niños, glosa a la Cuaresma, romance de los acompañamientos, Jerez y sus rincones desde la óptica cofradiera, romance de la tradición y de la promesa, trilogía de la Fe (la saeta, los costaleros y la túnica), la solicitud al obispo de Jerez de la coronación canónica de la Esperanza de la Yedra, el tríptico de las vísperas (décimas a los pregoneros de la Semana Santa, a la radio y a las nuevas cofradías), gran romance a las Angustias... Templanza y emoción. Tablas y entrega. Un pregón, sin duda alguna, con alma de niño.

Juan del Río: “Para mí este pregón ha sido un canto a la familia”


El obispo de la ciudad Juan del Río Martín valoró el pregón de Andrés Cañadas Salguero como “un canto a la familia”. En lo tocante a la petición pública de la coronación canónica de la Virgen de la Esperanza, el obispo, entre bromas y veras, afirmó que “como esta tónica la apliquen otros pregoneros, me voy a ver obligado a poner en Villamarta la delegación de cofradías. Bueno, esto de las coronaciones es un asunto en el que siempre hay que escuchar a todas las hermandades y ser muy cuidadoso”. Por su parte, Pedro Pacheco mostró su satisfacción por el que consideraba “un gran pregón”. El teniente alcalde y delegado de Urbanismo apuntó además la valía de un hombre como el padre del pregonero, Andrés Luis Cañadas Machado, “quien ha hecho muchísimo por Jerez y esperemos que el hijo, al menos, duplique esta aportación”. Fue el mismo Andrés Luis Cañadas Machado el que entendiera que su opinión sobre el Pregón siempre partiría de una visión “muy parcial” pero que no obstante consideraba este canto a la Semana Santa “muy jerezano y muy cofrade”. En lo tocante a su presentación no dudó en comentar que “en este cometido siempre hay que huir un poco del currículo académico, por eso yo he querido aportar otra faceta más íntima de mi hijo”

Informa: Jerez Información

Fotos Autor: © Esteban Pérez Abión