El Transporte solicita una calle a nombre de José María Ruiz-Mateos

El recuerdo del apoyo con el que, enviando a toda su flota de turismos y camiones para la entrañable bendición del día de San Cristóbal, el empresario José María Ruiz-Mateos ayudó decisivamente a la recuperación, allá por los años setenta, de esta celebración sirvió al cofrade Francisco González Hernández, el hermano mayor del Transporte, para pedir públicamente, en la fiesta de este año, la concesión de una calle a su nombre. Ocurría en la noche de este jueves, en el patio de la casa que la hermandad tiene en la calle Merced convertido en marco de la misa de campaña en honor del Patrón.
Se acababa de hacer entrega del Volante de Oro 2007, a cargo de la orden que la Hermandad creó en su momento para conceder estos galardones, cuando el máximo dirigente de los cofrades mercedarios tomó la palabra para ello. Ni que decir tiene que no se quedaron los avales de esa petición en aquellos sancristóbal de hace treinta años. Argumentó, igualmente, la reciente encarcelación sufrida así como que la generosidad de Ruiz–Mateos sigue haciéndose presente por medio de la Fundación Teresa Rivero, que otorgó hace unos meses un donativo de un millón de pesetas a cada hermandad.

Solidaridad en la carretera

La predicación a cargo del comendador mercedario del convento de la Orden de San pedro Nolasco en la ciudad, Fray Felipe Ortuño Marchante, ya introdujo, en la celebración eucarística previa a la entrega del Volante de Oro y la petición de la calle para Ruiz-mateos, el sentido de un patrocinio, el de San Cristóbal, que le llevó a diversas consideraciones sobre la necesidad de la mayor solidaridad posible cuando, al volante, ocupamos calles y carreteras. “La solidaridad es la expresión laica de la caridad cristiana, que cada cual ejerza del mejor modo al volante en función de su condición”, dijo.
Tras ello ponderó el papel de los transportistas, que encuentran su corporación gremial en esta Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Consuelo en el Desprecio de Herodes y Madre de Dios de la Misericordia. De hecho, no faltaron a la celebración, junto a los cofrades de El Transporte, representantes de dos de los subsectores de esta actividad económica como son el transporte urbano, con Miguel Ángel Gimeno, gerente de Cojetusa, o las autoescuelas, con Carlos Comendador, de Autoescuela Cabrera. Aunque el centro de atención, en esta ocasión, era la compañía de viajeros Linesur.

Los tiempos de la valenciana

Tras la misa, fue el secretario de la Hermandad quien leyó el acta del jurado que otorgaba el Volante de Oro de 2007 a Manuel Sánchez Navas, el patriarca de la saga que continúa con la explotación de la compañía de autocares Linesur. Pese a que la concesión se hacía a nombre de aquél cuyo recuerdo llevó al hermano mayor a recordar la empresa La Valenciana, sería su hijo Cristóbal el que acudiría a recibir la insignia, el cuadro con el diploma que señala la distinción y aquél otro a través del cuál deseaban los cofrades hacer presentes a sus titulares en las instalaciones de la empresa.
Luego llegaría la petición pública de la calle a nombre de José María Ruiz-Mateos que, como señalaría Francisco González a este medio, cuenta ya, entre otros apoyos, con el del Consejo Local de Hermandades y Cofradías

Informa: Jerez Información