Noticias de la Semana Santa de Jerez y Sevilla

martes, febrero 12, 2008

Jerez. Ni el fuerte viento pudo contener la ilusión de San Benito

Que las cofradías nuevas vienen empujando fuerte es un factor indiscutible. Y que la hermandad de la Clemencia es pionera de un nuevo estilo a la hora de entender la Semana Santa y la organización de los actos cofrades, también. Prueba fehaciente de esto fue la salida del Señor de la Clemencia hasta la Catedral con motivo del Vía Crucis de la Unión de Hermandades.

A las seis de la tarde, y pese al fuerte viento reinante, la corporación se puso en movimiento con destino al primer templo jerezano, donde llegaron a tiempo de realizar las catorce estaciones de este ejercicio piadoso que cada año convoca el Consejo Local de Hermandades y Cofradías. Para la ocasión, el Señor tuvo un estreno llamativo, una túnica bordada en hojilla con un diseño original, que relucía pese a la oscuridad en la que el Señor realizó todo el traslado, ya que los guardabrisas que colocó la hermandad en la parihuela de salida no soportaron el vendaval en el que en ocasiones se vio envuelto todo el cortejo.

La parihuela fue otro de los aciertos de la cofradía, que estrenó unas andas realizadas por los propios hermanos con faldones en damasco, que permitía que los cargadores portaran al Señor de una manera digna y estética. También a destacar el trabajo del capataz, que ha sabido aleccionar a su gente para la ocasión, con relevos puntuales que en ningún momento afearon el transitar de la cofradía.

Y si algo lució por encima de todo lo demás, sin duda, fue el cortejo. Calidad y cantidad se dieron la mano para acompañar al Señor de la Clemencia desde San Benito hasta el centro de Jerez, pese a que ayer fue día laborable y muchos hermanos llegaron tarde para incorporarse al cortejo. De negro riguroso la totalidad de los hermanos de San Benito, su compostura y saber estar fueron ayer un ejemplo de cómo se hacen las cosas, y eso que en total la cofradía se acercó a las seis horas en la calle desde que salieron hasta que se recogieron de nuevo en la parroquia de San Benito, cerca de la medianoche.

La nota más amarga fue quizá la más esperada, el acompañamiento musical. Con pocas ganas, y sin guardar las formas mínimas exigibles, ya que incluso algún componente fumó durante el recorrido. Un lunar ajeno a la propia organización de la hermandad y que no desmereció en absoluto la perfección de una puesta a punto que será recordada como ejemplo de lo que es un Vía Crucis espectacular, lleno de fe y devoción.

Informa: La Voz Digital