Noticias de la Semana Santa de Jerez y Sevilla

domingo, julio 22, 2007

Entrevista a D. Antonio Yesa, Hermano Mayor de la Hermandad de la Expiración

Tiene una imagen tranquila, que es fiel reflejo de su propia personalidad. Antonio Yesa Ruiz es desde el viernes el nuevo hermano mayor del Cristo de la Expiración, y la verdad es que lo es con todas las de la ley. 320 votos a favor de 346 emitidos dan fe de que la división interna que acabó con una Junta Gestora en la hermandad del Viernes Santo ha pasado a mejor vida. Y nos lo cuenta, en primera persona, su flamante nuevo hermano mayor.

-¿Quién es Antonio Yesa?

-Antonio Yesa llega a la Hermandad de la mano de su padre hace cincuenta años, porque mi familia ha estado aquí siempre. Soy quizá el menos conocido de todos ellos, por mi propia forma de ser. Pero pregunta en la Hermandad quién no me conoce, prefiero jugar de casa para dentro...

-¿Por qué presentarse entonces a unas elecciones?

-Me presento porque la Hermandad ha cambiado el rumbo a mal, y quiero que la corporación vuelva a ser lo que era o, si es posible, algo mejor. De hecho, los dos últimos años es cuando mejor ha estado.

-Es curioso que precisamente sea con el trabajo de la Junta Gestora cuando mejor ha estado la Hermandad...

-Mira, yo con la Gestora he estado muy bien. Hombre, a nadie le gusta la situación, pero tenemos que agradecer al Obispo que pusiera un hermano al frente de la misma. Esteban, el que hasta el viernes fue el comisario, entró con los miedos y las dudas lógicas de saber por dónde tirar, cómo reaccionar ante ciertas situaciones, pero la verdad es que he estado muy a gusto desde el primer día que me ofrecí a él para trabajar, y eso que yo fui candidato en las elecciones anteriores, que fueron muy divididas. Pero las dudas se disiparon pronto.

-¿El actual hermano mayor, antes de serlo, iba todos los días por la Hermandad?

-Venía y vengo todos los días, vente cualquier noche que me verás aquí para desgracia de mi familia. Yo he crecido aquí, mi padre fue de las primeras personas que trajo a sus hijos a la capilla. Al crecer aquí, mis verdaderos amigos están en el Cristo, fuera están mis compañeros de trabajo y cuatro o cinco amigos, pero la Hermandad es mi vida.

-¿Cuál es el principal objetivo de esta nueva Junta de Gobierno?

-Yo le quiero dar por encima de todo una fidelidad total a los estatutos, que los hicimos entre todos. Es absurdo hacer las reglas para luego no cumplirlas, como ha pasado en otras ocasiones. No lo digo yo, el decreto del Obispo poniendo una Gestora en la hermandad así lo decía, y es eso lo que pretendemos evitar.

-¿Hay algunas claves para conseguir esa fidelidad mencionada?

-Claro, hay que abrir la Hermandad a todos. He mandado una declaración de intenciones a los hermanos con diez puntos, que la gente sepa claramente qué hace la Junta. Tenemos también la ilusión de dar trabajo y sitio a todos los hermanos. La gente tiene que entender al entrar por la puerta que este sitio, los enseres, todo es suyo, no de cuatro señores de la Junta de Gobierno. Esa implicación es fundamental, ojalá la gente entienda que necesito ayuda. Para ello formaré comisiones con propias responsabilidades; que todo el mundo se sienta en su casa.

-Un trabajo de envergadura...

-Sé que nada de lo que planteo es fácil. La formación no es fácil, la convivencia no es fácil, los cargadores es un mundo complicado Mi compromiso es grande, pero necesito la ayuda de la gente, porque me duele ver la hermandad dividida, aunque en algunas ocasiones esa división refleja vida interna. El problema es usar esa disparidad de criterios como un arma para derrotar al otro.

-¿Cómo es el grupo de trabajo que lleva para estos cuatro años?

-La Junta actual es parecida a la que llevaba cuando me presenté la última vez, con unas ganas de trabajar tremendas, un abanico amplio de edades y una gran ilusión. Mi pena ha sido no poder meter a alguno de los que se fueron de la Junta de José Manuel, pero no ha sido posible. Como dimitieron, no pueden presentarse.

-Aquello fue un episodio desagradable, al menos visto desde fuera.

-Para no convocar elecciones como pidió don Juan, la Junta anterior a la Gestora dimitió en pleno, salvo un componente; así forzaron al Obispo a poner una Gestora. Aquí llegó un decreto diciendo que había quince días para convocar elecciones, y en lugar de eso, dimitieron en pleno, y el obispo se vio obligado, esa es la verdad.

-¿Integrar de nuevo a esos hermanos es una misión importante de la actual Junta de Gobierno?

-Ojalá vengan aquí y quieran trabajar con nosotros. Porque es mi misión continuar con la labor de la Gestora de volver a unir la Hermandad. Quiero que los problemas, los enseres, la gente que todo esté aquí, lo bueno y lo malo. Luego haremos que prevalezca lo bueno..

-Hemos hablado largo y tendido de la Hermandad, pero la cofradía del Cristo es realmente particular en la calle. ¿Habría que cambiar algo en los próximos cuatro años?

-Yo de la cofradía no tocaría nada, mejoraría alguna cosa, pero la hermandad tiene un sello, una imagen que no debería de perder, con unas características muy personales, y ojalá la gente la vuelva a ver como lo que era, un espejo en el que la gente gustaba mirarse porque se sentía partícipe, incluso sin ser hermano.

-También la gestora tuvo que cambiar de vestidor, defender el horario de la hermandad frente a la propuesta del Consejo...

-Estuve en todas las comisiones que ha habido, en las de estatutos, y me consta que Esteban peleó, porque no podemos bailarle el agua a nadie. Somos como somos, y debemos mantenernos así siempre dentro de una medida y de un orden. Esteban nos ha defendido, bastante bien además, porque se ha sentido respaldado por la Hermandad.

-¿Y el resto de puestos designados por la Junta Gestora?

-Es una opinión personal, porque no he hablado con la Junta, pero queremos mantener a todo el mundo en su sitio, aunque eso dependerá también de la otra parte. Si el vestidor quiere seguir, seguirá, así como el capataz o el cuadrillero.

Informa: La Voz Digital