Noticias de la Semana Santa de Jerez y Sevilla

viernes, abril 04, 2008

Jerez. "El Rastro de Cera", por Antonio Moure

¿Por qué así Jesús? ¿Por qué? No, no quiero aceptarlo ni creerlo. ¿Por qué te has tenido que marchar así? La noticia de tu muerte la recibí como se asestan los golpes certeros al corazón: por sorpresa. Sabía de tus últimas molestias en la pierna y que habías sido ingresado pero no quise darle más importancia, quizás por miedo, no sé. El pasado Viernes Santo compartimos micro y me decías que estabas bien aunque ya te encontrabas un poco cansado por tantos días de un lado para el otro de la ciudad. Pero no podía imaginar un desenlace así. Tu salud, es cierto, pendía de un hilo, pero después de tanto pasado te merecías un respiro, un tiempo de bonanza y tranquilidad.Tras la noticia subí un momento al trabajo y un vendaval de recuerdos me zarandeó de lado a lado. Inevitablemente, recordé aquellos primeros días de tu estancia en la ciudad, los ratos de tertulia compartidos contigo, aquel cuadro de la Virgen de la Merced que, sin apenas conocerme, quisiste regalarme porque, claro, era el pregonero de la Semana Santa o aquella excursión, ¿recuerdas?, casi interminable, al cerro del Cabezo para conocer, tras trescientas treinta y tantas curvas por Sierra Morena, a tu otra morenita, la Virgen de la Cabeza, patrona de Andújar. Sin pensarlo, como teniendo que meter los dedos en las llagas de la muerte para saber que eran así las cosas, me fui a buscarte a la Merced. Por el camino las ruedas de la moto aún chirriaban al roce con la cera seca y ennegrecida del asfalto. Era la cera interminable y ya monocolor de una Semana Santa hoy en blanco y negro. Desde San Miguel a la Merced, por el empedrado y el alquitrán, era la huella indeleble de una muerte que me llevaba a otra que no quería reconocer. Plaza Monti, Encarnación, Cruces, Arroyo, Barranco, San Lucas, San Mateo … Y ese rastro de cera se fue convirtiendo en el retrato de tu vida, Jesús. Ni una calle sin manchar por tu ingenuidad adulta, por tu bondad de alma limpia, por tu sencillez siempre florecida en el jardín de las malvas. Como esa huella que ha atravesado Jerez de parte a parte, tu ejemplo también ha sabido llegar a todos los jerezanos para hacernos un poco mejores. Eras y eres del pueblo, de la gente de a pie, Sancho Panza de María en un mundo faltos de escuderos como tú.¿Qué quieres que te diga? Nos dejas huérfanos de tu cariño y eso no se hace. Pero, ¡qué te voy a decir! , si es la Madre quien te ha llamado. Al llegar a la Merced estuve frío, emocionado, pero frío. Volví a sentir lo que al principio, incredulidad. Y es que, aunque los cirios, los guiones enlutados y tu ataúd se empeñaran en hablarme de silencios de réquiem, tú sabes como yo, que ese rastro de cera siempre nos ha marcado el camino a la nueva vida porque, efectivamente, siempre has sido hombre de pascua.

Feliz viaje, amigo. No te olvido.

Antonio Moure Sánchez.