El manto de La Encarnación estará para el año 2009

Hasta la cuaresma de 2009 no será entregado el manto de María Santísima de la Encarnación cuyo proceso de restauración se inició ayer de forma oficial con la firma del contrato con Ildefonso Jiménez, profesional elegido para tan importante trabajo, y con la presentación de la intervención que devolverá el esplendor a esta pieza. En un acto celebrado en la casa de hermandad, el hermano mayor, José Miguel Merino, y el bordador fueron los protagonistas. En un detallado informe entregado por la mayordomía de la hermandad, se da cuenta del plazo dado a Jiménez en el que prima "la poder garantizar la dignidad de la exposición de presentación, así como la tranquilidad del maestro a la hora de entregar la pieza ya restaurada". El proceso establecido comienza por el denominado plantillaje o sacado en papel el diseño del manto, se sigue con la limpieza, despiece y restauración de las partes que componen el bordado y terminando con el montaje en el nuevo terciopelo y acabado. No cabe duda que este reto es el más importante que asume Ildefonso Jiménez tanto por la importancia del trabajo como por lo emblemático del manto al ser uno de los tesoros cofrades de la ciudad. Diseñado por Rodríguez Ojeda y ejecutado por Guillermo Carrasquilla, el 9 de junio de 1939 se comienza el bordado quedando el precio de la pieza estipulado en 21.900 pesetas. La hermandad lo recibió el 8 de marzo de 1943, y se estrenó en la Semana Santa del mismo año. Desde entonces hasta no se ha tocado. En cuanto a su estado el informe dice que "está realmente deteriorado", matizándose que "durante el procedimiento se hará lo posible por salvar la mayor cantidad de oro así como corregir los vicios de dibujo que el tiempo ha creado". En cuanto al terciopelo sobre el que se pasará el bordado será seda natural de la misma tonalidad y calidad del actual. Esto es a grandes trazos los datos más concluyentes de un trabajo previo en el que han intervenido varias comisiones en la que han participado expertos ajenos a la cofradía con el objetivo de tener lo más clara posible una restauración que en lo relacionado a los bordados siempre implica pérdida del valor de origen pero que en el caso de este manto sólo tenía como alternativa esta intervención.

Informa: Diario de Jerez