El Maestro Tejera, la seguridad de una banda

Lo decimos en cada procesión. Las cosas no es que valgan dinero, el problema es pagar para no obtener calidad. Porque escuchando ayer al Maestro Tejera, creo que todos comprenderán el beneficio que supone traer una gran banda, en contra del perjuicio relativo de unos euros menos en la cuenta corriente. Porque me pregunto yo, que si no se gastan las cofradías el dinero en flores, bandas e incienso, mención aparte de la ayuda a los necesitados como objetivos principales, en qué deben gastarse sus ahorros estas corporaciones, o para qué les sirve tener el dinero en cuentas corrientes, como si de simples empresas se tratara el asunto.

Pues el Carmen, y no sé cuánto paga a Maestro Tejera ni me importa, lleva ya tantos años apostando por esta banda sevillana que ya se ha convertido en un binomio perfecto, una unión que resulta a todas luces indisoluble. Ayer, como siempre, soberbia en la interpretación de las marchas más clásicas del repertorio, elevó a la excelencia la procesión del Carmen, demostrando que la música es uno de los complementos indispensables para la meditación.

Lástima que nos hayamos tenido que perder sus afinados pentagramas en los compases iniciales del recorrido, en recuerdo del padre Miguel Barbero. Seguro que él, con Amarguras, hubiera disfrutado más desde su palco en el mismo cielo...

Informa: La Voz Digital