Brillante colofón al oro conmemorativo

El Santísimo Cristo de la Defensión, con las fragancias de gloria en la Cruz adheridas durante cincuenta martes santos, iluminó la noche de un otoño que pasará a la historia por la majestad que el crucificado de los cuatro clavos sacó a la calle con motivo del cincuentenario fundacional de su cofradía.
Excelencia procesional, pues, queda registrada en el haber de una Hermandad que ha puesto el listón tan alto como, ayer mismo, se evidenció en una procesión extraordinaria de admirables trazas. Atrás quedaron los actos que, durante todo un año, han conmemorado estas bodas de oro. Pero lo vivido anoche a lo largo y ancho del itinerario previsto no parecía sino el fruto lógico de tal trabajo desplegado durante todos estos meses.
Puntualmente, a las siete de la tarde -toda una evidencia de Martes Santo enclavado en pleno octubre- comenzó a derramarse por Divina Pastora, Sevilla o Mamelón la madre de todas las solemnidades. Así, por Eguiluz, San Andrés y Rosario, se alcanzaría Santo Domingo, templo desde el que saliera por primera vez la Hermandad hace medio siglo. Larga, Plaza del Banco o Tornería se llenaba de un público que clavaba su mirada en Cristo crucificado mientras las cornetas y tambores de las Tres Caídas de Triana, ilustraban con sus sones la grandeza del momento.
Carpintería Baja enmarco su crucifixión, la Compañía, lugar de primeros cultos en 1958 recibió a la comitiva y, casi cuatro horas después de su salida, Capuchinos recibía con gloria y majestad al Cristo de la Defensión.

Informa: Jerez Información