Las puertas de la iglesia de Santiago se abrieron ayer por primera vez después del inicio, en diciembre pasado, de los primeros trabajos de rehabilitación. Y lo hicieron para que el director general de Bienes Culturales, Jesús Romero, acompañado de la delegada provincial de Cultura, Dolores Caballero, y el delegado municipal del ramo, Julián Gutiérrez, despejara cualquier duda sobre la implicación de la Junta de Andalucía en la restauración integral del templo.
Aunque agradeció en todo momento el afán de colaboración mostrado por la Plataforma de Santiago, el director general explicó que en estos momentos están en marcha las dos primeras fases de la intervención global, centradas en la consolidación de las maltrechas estructuras del edificio. El plazo de ejecución de estos complicados trabajos está previsto en 16 meses, con lo que podrán concluir a mediados de 2008.
Después, Romero anunció las obras en la iglesia continuará en otras dos fases, la primera dedicada a «la restauración en detalle de elementos ornamentales de la fachada, como pináculos y arbotantes....). Es un proyecto de restauración –insistió– en que el la Junta también estará al frente». Para finalizar, la Consejería de Cultura liderará la recuperación de los bienes muebles, pero «aunque el patrimonio de esta iglesia no es excesivo, si alguien quiere colaborar, será bienvenidos, pero será pecata minuta en relación al volumen de la obra, que lógicamente no puede ser objeto del voluntarismo bienintencionado».
«Aquí hacen falta millones de euros y el compromiso de la Junta seguirá vivo durante los próximos años, cumpliendo con su compromiso», remachó el director general de Bienes Culturales. De esta manera reiteraba que la recuperación de Santiago tendrá financiación autonómica hasta su finalización, más cuando los 2,4 millones de euros previstos el año pasado se establecieron «de emergencia, en un momento en el que el desarrollo presupuestario de la Junta estaba más que cerrado. Pero no habrá que ir con la hucha en la mano para terminar la consolidación de la iglesia: si la Junta ha dicho que va a salvar Santiago, lo hará con todas las consecuencias».
Lo que no está tan claro es cuánto tiempo durará la salvación. Respecto a la conclusión de todos los trabajos, el responsable autonómico recalcó que «una obra de estas características, de unas proporciones catedralicias y con las dificultades que tiene, fijar una fecha sería una auténtica imprudencia. Pero la voluntad es que se consiga abrir al público la iglesia de Santiago con total seguridad, después de siglos de hundimientos y desplomes».
Por si quedaba alguna laguna, Romero volvió a garantizar que la obra «no parará en ningún momento, y tras las fases actuales seguirán las siguientes. Se programará en diferentes anualidades, pero no es una obra para la impaciencia –advirtió–, sino para desarrollarla con criterios de racionalidad, seguridad y, por supuesto, con vistas a mantener un edificio que debe durar muchísimo más que nosotros».
Así las cosas, sin prisa pero sin pausa avanzan en el interior del templo los trabajos de cimentación y refuerzo de los pilares, especialmente en la zona de la capilla bautismal o de los Pies, que según los arquitectos y técnicos es la que presenta un mayor riesgo de derrumbe. Se trata, según Jesús Romero, de una operación «de gran complejidad y casi de ingeniería anatómica», debido a los serios daños que presenta el templo por defectos en la construcción a cargo de Alonso Rodríguez.
La delegada provincial de Cultura recalcó que se trata de una intervención «de mucha precisión y especialización», que ha requerido la construcción de moldes especiales que cubrirán en las columnas para aguantar la inyección de material consolidante en los maltrechos cimientos interiores. Aún así, confió en que las obras vayan superando etapas, siempre en los plazos marcados. En un año cumple el primero.
Informa: La Voz Digital
Fotos Autor: © Javier Romero Díaz
