Noticias de la Semana Santa de Jerez y Sevilla

martes, marzo 18, 2008

Jerez. Amor y Sacrificio: Para elevar la mirada de la fe a los cielos de María

Lunes Santo tarde. Pacificación del alma por Madre de Dios. La luz recae como un rayo de reconversión profunda. La Hermandad ha matizado sus túnicas. Precisamente porque las conserva -en el fondo y en la forma- como una enseña de su testimonio. Llegan los penitentes al templo. La metafórica composición de una estampa ahora silenciada de runrún cotidiano. Procuras la esfumación de tu ser. Procuras la evaporación de la naturaleza. Te deshaces en un hipérbaton de tu misma vanagloria.
Ahora te entregas a los encuentros del sosiego. Ya no has de encontrarte perdido en combate. En este combate de sangre y fuego, de manufacturación del simplismo que arrampla y azota a la sociedad. Observas en derredor cómo la cofradía crece. Quedamente, sutilmente. La penumbra esboza leves giros de claroscuros. La luz coexiste en el exterior pero también en el interior de una Madre que es Reina de los Cielos que jamás perderemos. Un halo de relumbrón dorado -dorado oscuro- impera en los espacios. Aquí triunfa el sentido castellanizado de la Semana Santa. La imperturbabilidad de lo sobrio. No intentes escabullirte por las rendijas de la mediocridad porque semejante esfuerzo surgirá baldío. Atrévete a encontrarte de una vez por todas, sin espasmos comodones ni máscaras jactanciosas.
Los nazarenos, hieráticos. Endrinos y enmudecidos de anonimato. Sentados en los bancos al anárquico modo. No encaprichados pero sí encapuchados. Encapuchados de Fe. De testimonio inminente.
Descubres a una nazarena. A una nazarena del Amor y Sacrificio. Se le advierte la juventud debajo de la túnica. Posee unos ojos tristes y unas manos limpias. Ha llegado, acompasadamente, templadamente. Tomó asiento como quien protagoniza una secuencia inadvertida. No quiere llamar la atención ni desentonar en modo alguno. Ni alta ni baja, ni gruesa ni delgada. Sumergida en su mundo interior. ¿Introvertida? Jamás podremos resolver este interrogante. ¿Tímida? Tampoco lo sabremos. Al menos de buenas a primeras. Es la estampa de una nazarena que ahora -interiorizada en su promesa- se descalza. Pretende besar con la planta de los pies el itinerario de una penitencia definitiva. Siente -sí- el frío equilibrado del mármol. Nada la detiene, nada la para, nada la paraliza, nada la enturbia, nada la empaña, nada la oscurece, nada la eclipsa, nada la desmerece, nada la mengua, nada la amilana. Andará descalza tan pronto se abran las puertas de la Parroquia de Madre de Dios. Por amor, por amar.
Saco de mi leve mochila un libro de oraciones y, al buen tuntún, leo algunos párrafos propicios con el ambiente que me rodea, que me envuelve: “Hemos de luchar sin desmayo por obrar el bien, precisamente porque sabemos que es difícil que los hombres nos decidamos seriamente a ejercitar la justicia, y es mucho lo que falta para que la convivencia terrena esté inspirada por el amor, y no por el odio o la indiferencia. No se nos oculta tampoco que, aunque consigamos llegar a una razonable distribución de los bienes y a una armoniosa organización de la sociedad, no desaparecerá el dolor de la enfermedad, el de la incomprensión o el de la soledad, el de la muerte de las personas que amamos, el de la experiencia de la propia limitación”.
Aquí, entre los tramos, subyace, palpita, emerge la solidaridad. Y ves la bandera concepcionista, el banderín de los jesuitas, el cirio pascual, la cruz parroquial, palermos, rosarios en las manos… La Hermandad del Amor y Sacrificio es un ejemplo de sencillez, de robustez doctrinal. El barrio crecerá en fe durante el resto del año. El barrio, este castizo barrio, sus gentes, su multitud. es fiel al seguimiento de la Señora. Una Señora que no necesita palio. Que eleva su gesto hacia los cielos. La calle ansiaba con pálpitos del corazón colectivo la reiteración de una impronta edificante. Silencio, silencio, jerezanos, que va a pasar de nuevo la Virgen del Amor y Sacrificio por las retinas de cuantos elevan las más sinceradas plegarias.


Informa: Jerez Información