Noticias de la Semana Santa de Jerez y Sevilla

martes, marzo 18, 2008

Jerez. La Cena: Una vuelta al clasicismo sin desdeñar el presente

La Hermandad de la Sagrada Cena fue un año más la encargada de abrir la Carrera Oficial en la jornada del Lunes Santo, iniciando su andadura por las calles de Jerez a las cinco y media de la tarde. Se trata sin duda alguna de esos momentos cumbre de la Semana Santa, por eso son pocos quienes se resisten a la tentación de plantarse cada Lunes Santo ante los faroles que dan escolta a la portada principal de la iglesia de San Marcos.
Las cofradías presentan innumerables estrenos a lo largo de la Semana Santa. Hay algunos que pasan desapercibidos para el gran público, pero que merecen ser destacados. Después de muchos años, los nazarenos de la Sagrada Cena pudieron acceder al interior del templo por la puerta del Sagrario, haciéndose realidad uno de los sueños de los viejos cofrades de esta corporación.
El de ayer fue un día especial para la cuadrilla de costaleros del paso de misterio. Martín Gómez Moreno, su capataz, cumplió veinticinco años tocando el martillo del viejo canasto que tallara Castillo Lastrucci.
Singular importancia tiene este hecho si se tiene en cuenta que este cuarto de siglo, este capataz y esta cuadrilla han marcado todo un hito en la costalería de Jerez, cuyo devenir no se entendería ya sin la figura de Martín Gómez.
De salida, el paso del Señor de la Sagrada Cena ofreció a todos los presentes una chicotá de esas que justifican los ensayos de las frías noches de enero y el apretón de la bulla. Una tras otra fueron sucediéndose las marchas hasta que el canasto quedara arriado a los pies del guión de la Hermandad de la Borriquita, dispuesto a muy pocos metros del callejón de la Paz. La Agrupación Musical de la Estrella, de Dos Hermanas, interpretó a continuación Alma de Dios, a cuyos sones el paso de misterio se perdió en busca de la plaza Rafael Rivero.
El Señor de la Cena vistió ayer túnica de terciopelo morado y mantolín brocado en color champán. El clavel rojo, salpicado con algunas espigas, enmarcó el conjunto escultórico en el que se instituye cada Lunes Santo la Eucaristía.
El paso de palio de Santa María de la Paz asomó a la plaza de San Marcos justo en el momento en que Rafael Rivero empezaba a sentir la presencia del Señor de la Cena.
La cofradía puso ayer en la calle a unos 270 nazarenos, lo que supone un leve incremento sobre la cifra del año anterior. El Domingo de Ramos, la hermandad recepcionó a 70 nuevos cofrades, lo que sin duda alguna es síntoma de que en San Marcos se está trabajando en la dirección adecuada.
Una pareja de servidores escoltó al paso de palio de Santa María de la Paz, algo que es tradición desde hace ya muchos años en la cofradía. También lo hacen en el misterio, en cuya presidencia figuró el pregonero de la Semana Santa, Jesús Fernández de la Puebla. Ramón Estrade es el capataz de la cuadrilla del paso de palio. Sin embargo, un problema físico le ha impedido este año ejercer como tal en la tarde del Lunes Santo. Jesús Romero Zurita fue por tanto el encargado de tocar el martillo de esta auténtica joya de la orfebrería cofradiera sobre el que sale cada año a las calles Santa María de la Paz.
Sin duda, la pieza de mayor categoría -por su antigüedad y riqueza histórica- es la corona que se dispone sobre las sienes de la dolorosa. La pieza salió ayer por primera vez después de la restauración a la que ha sido sometida en estos últimos meses. La Banda de Música Julián Cerdán, de Sanlúcar, fue la encargada de acompasar el caminar de este paso de palio. Con acierto, la hermandad dispuso que la primera marcha que sonase ayer fuera A Nuestra Señora de la Paz y Concordia, de Andrés Muñoz. En Carrera Oficial sonó La Esperanza de Triana, de Farfán. Sencillamente sublime. La cofradía parece estar dispuesta a profundizar en el clasicismo que corresponde a una corporación de sus características. Ayer confirmó esa tendencia. Que siga por mucho tiempo

Informa: Jerez Información