Noticias de la Semana Santa de Jerez y Sevilla

domingo, abril 08, 2007

La ‘Madrugá’ se cobró la única cofradía que no salió

Las tinieblas de la Noche de Jesús se reservaron el triste desenlace de una resolución que, finalmente, consiguieron salvar las restantes jornadas procesionales de esta Semana Santa que culmina dejándonos, sin embargo, sin recuerdos de las Cinco Llagas en la calle. Desde que el Domingo de Ramos o el Lunes Santo mojaron los postreros instantes de algunas de sus cofradías el riesgo de precipitaciones que ha sobrevolado toda la celebración ha quedado solo en eso, temores basados en previsiones que amagaban sin dar en el clavo del todo. Pero llegó la madrugada del Viernes Santo y, cuando todos habrían asegurado que lo peor había pasado y que culminaríamos con bien estos días de la Pasión en Jerez, llegó en San Francisco el anuncio de Francisco Barra, hermano mayor que se hacía portavoz de la decisión de su mesa de gobierno en el sentido de suspender la salida este año.
La razón barajada, el treinta por ciento de probabilidad de lluvia, cogía por sorpresa al mucho público congregado en la plaza Estevez a la hora en que la iglesia conventual debía ya abrir las puertas. Ni el aspecto de la noche ni el hecho de que algunas cofradías ya estaban en la calle -la Yedra pero también otra tradicionalmente reservona en casos de riesgo como el Santo Crucifijo- ayudaban a entender una decisión que parece asentarse en que ese porcentaje no se podía relacionar con ningún tramo preciso de la noche sino que afectaba a la totalidad de la Madrugá.
Para entonces ya recortaba su excelsa silueta ante la torre de la Puerta del Campo del Alcázar el titular de la Hermandad de San Miguel, templo que supo recoger los trastos de una obra aún inconclusa para hacer sitio a su cofradía. Se restaura la iglesia del Arcángel y restaurada abría el exquisito cortejo del Crucifijo de la Salud la cruz de guía de plata que aún preserva esencias de la imagen atribuida a José de Arce en su día clavada sobre el hoy portico de la comitiva. La sobriedad impertérrita de sus filas marcaba la marcha por San Agustín, Conde de Bayona o Armas antecediendo el soberbio canasto dorado tras el que la mejor colección de piropos a María se ordenada en forma de letanía bordada o repujada en los estandartes que hicieron procesionar los dogmas marianos. El guión asuncionista y el Mediatrix aparecían con arreglos entre todos ellos, conduciendo hacia el paso de palio de Nuestra Señora de la Encarnación, tan apreciable desde su frente hasta el ángulo disfrutado por el espigado preste que cerraba la procesión. La estampa de la cofradía volviendo a San Miguel por Larga y Lancería llamó la atención como novedosa opción obligada por los cambios.
Hasta llegar ese momento, hasta la plaza de Rafael Rivero, iba tras de sí el otro ruán negro de la noche. La posición de la Hermandad de la Buena Muerte en segundo lugar en Carrera Oficial también era novedad aunque no lo era el testimonio, tan ejemplar como el de los primeros, que las filas nazarenas salidas de la casa hermandad de calle Nueva iban mostrando. Apenas dos pinceladas de color en las presidencias del Cristo -ante el nuevo juego de ciriales de curioso cuerpo cuadrado- y de la Virgen del Dulce Nombre -que estrenaba la saya gótica- de sendos nazarenos verdiblanco de la Yedra y morado y negro de la Soledad respectivamente, apenas la singularidad de procesionar el estandarte de la Venerable Orden Tercera Mercedaria... Todo lo demás, el negro impuesto desde el hábito y el talante sobrio de sus penitentes, hasta los soníos que las gargantas espléndidas de los saeteros brindaban ya de mañana eran negruras brotadas como recias oraciones.
La Hermandad de Jesús Nazareno, a falta de las Llagas quedadas en casa, decidió pegarse en Carrera Oficial a la Buena Muerte. Esa era otra estampa. Se acababa la espesura creada por los silencios que, ahora, se veían sucedidos por el eco jerezano de la gente de Letrán. Se acababa el luto riguroso para que los tornasoles creados por los diversos morados de los hermanos y hermanas del Nazareno enamoraran a los jerezanos ofreciéndoles alivio ante un frío que, por momentos, no sobrepasaba los seis grados. A la gracia genuina que derrama siempre sobre las calles de su itinerario Jesús jalado por Marquillo, Juanillo y la Virgen del Traspaso... a la condición única de esas filas que alinea la luz en faroles... a todo ello cabe sumar los detalles de una cofradía que siempre aporta. Dos ejemplos del carácter del Nazareno: la presencia de una presidencia con el estandarte de los devotos de San Juan Grande portado, de particular, por sus dirigentes y la del conocido cofrade Manuel Mesa -el popular Manolito el del Huerto- evidenciando en otra presidencia su estrenada condición de hermano de Jesús tras el homenaje que le ofreciera a mediodía del Jueves Santo la Hermandad de Cristina. Pero eran los elementos de siempre, perseverando en la tradición, los que caracterizaron a la cofradía que porta a sus titulares sobre hombros y horquillas.
Y la Esperanza cerró la madrugada. La novedosa ausencia del Perdón en esta Noche de Jesús dejaba a la Señora de La Plazuela para el final. Y en este momento en el que arrecian las peticiones para su coronación canónica tampoco ello se ausentó en la mente de muchos ante Aquella que ocupaba su paso de palio entre rosas color champán atinadamente colocadas en jarras recién restauradas. Por delante, el romano leía la Sentencia de Cristo a muerte en un paso de misterio en el que se concentran buena parte de las más bulliciosas emociones de la madrugada del Viernes Santo.
Así lo vivió el barrio cuando era primera cofradía en la calle; así cuando tocaba, también, ser la última en entrar en casa enmedio de una deliciosa mañana con el prodigioso sabor que provoca la luz tras la oscuridad, la gloria tras la pasión; así, una Esperanza quedó en su casa para tristeza de todos aunque la otra, plena de grandeza, parecía hacer por dos llenando La Plazuela de esa gracia, de ese donaire que la caracteriza para euforia de un barrio que pide a gritos aquello que ya solicitó el pregonero en el Teatro Villamarta.


Informa: Jerez Información